Vaya Ud. a saber

De mayor quiero ser niño

Paso 8 o 9 horas al día en una oficina al otro lado del mundo. Trabajo para engrasar esta maquinaria loca que es el capitalismo, del que tanto despotrico pero en el que tanto participo. Ofrezco mi tiempo a cambio de un dinero, y gracias a ese tiempo invertido desarrollo un trabajo que permite que otros, para los que trabajo, sigan ganando dinero con el que pagarme y con el que pagar a otros, incluso a ellos mismos – sin olvidar jerarquías, claro -. He dejado a mi familia lejos, muy lejos. También a mis amigos, aunque ellos son familia y no debo discernir. He arrastrado a mi chica, que por seguirme ha hecho lo mismo y ha dejado a otros tantos atrás, amén de sus perros, a los que tanto añora. Vivimos bien, es cierto, pero no estamos completos; nos falta todo lo que nos habían prometido cuando España era aquel país de ensueño.

Por entonces, cuando España no era esta España – o lo disimulaba tan bien -, yo era un niño (más) cabezón, (más) sucio y (más) despistado, creo. Me gustaba el segundo recreo – el de dos horas y media – y jugar al fútbol, aunque nunca me escogiesen de los primeros. Mis preocupaciones eran las justas: esconder la merluza aceitosa del comedor sin que me pillasen, Sigue leyendo

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